Por Ernesto Parga Limón
Cuando se estira demasiado la liga termina por reventarse y hacer daño en lugar de ser útil. Esto sucede con las leyes trans que de un tiempo a la fecha se han promulgado en algunos países. Concretamente en España apenas en marzo pasado, y de la mano de la muy combativa e hiper ideologizada ministra de igualdad Irene Montero, ha entrado en vigor la Ley Trans.
La salud pública, dicen, es ante todo prevención, lo mismo pienso acerca de la salud política de una sociedad, ante todo prevención. Este es el objetivo de esta columna, porque los partidos de izquierda son muy solidarios entre ellos y lo que se cocina en Europa termina por recalar en nuestros países. Espero que Claudia Sheinbaum no lea esta columna, no quiero darle ideas.
Veamos pues, Inocente Duke, un youtubero inteligente que publica contenidos interesantes, al amparo de la Ley trans ha decidido cambiar de sexo, y ha documentado todo su proceso para denunciar el ridículo al que han llegado estas leyes que parece ser no gustan a nadie, ni siquiera a algunos Trans ni a muchas, muchas feministas.
La ley trans de marras consigna la autodeterminación como la única condición para cambiarse de sexo. -Es decir, nos comenta Duke, – usted y yo podemos ir al registro civil y decir que queremos cambiar de sexo porque nos sentimos mujer-.
El sexo sentido, le llaman, lo que usted siente que es, sin más. Ni hormonas, ni cirugía, ni examen psicológico como en las leyes anteriores que, dicho sea de paso, tampoco eran un portento de justicia. Nada.
Solo el dicho del solicitante, y ya está. En tres meses ya quedará listo el cambio de sexo registral. Ya se es mujer.
Durante muchos años el movimiento feminista ha impulsado leyes para acabar con la desigualdad histórica de derechos en muchos ámbitos de la vida social y laboral, ciertamente también se han excedido en sus conquistas, lo veremos más adelante, pero al menos obedecen a un móvil reparatorio de algunas inequidades.
Parafraseando al dicho popular, son unos los que persiguen la liebre, otros los que la alcanzan y otros los que se la cenan. Ahora con tan solo la manifestación del sexo sentido, “me siento mujer”, un hombre pasa a adquirir todas las ventajas que supone en algunos países el ser mujer. Resulta, pues, que es muy ventajoso cambiarse de sexo solo para obtener esos beneficios que por ser hombre no tendrán.
Existe un blog al que los usuarios, público en general, van sumando algunos beneficios que consignan las leyes. Aquí algunos que los están convenciendo a volverse “mujeres”:
1.- Apoyo a microempresarios, los montos de subvención son mucho más altos para las mujeres
2.-Becas para estudiar carreras universitarias mayor monto y más plazas para las mujeres.
3.- Exámenes de oposición para plazas en la policía, el ejército y los bomberos, menos exigentes. Etc.
A la fecha el mencionado Blog registra casi 500 beneficios que verdaderamente vuelven atractivo el cambio de sexo registral.
Estas leyes han terminado por socavar todo el trabajo feminista y la real protección legal que toda mujer biológica debe tener. Por esos los colectivos feministas no las aprueban. Las leyes trans de autodeterminación de sexo, sin más requisito, eliminan a la mujer, la desaparecen en su identidad, ya que cualquiera puede serlo, basta con solo manifestarlo aun con la mas ronca de las voces y con entera posesión de sus varoniles atributos.
Aquí tres ejemplos de la mayúscula enajenación de estas leyes:
Pedro y Ana son un matrimonio heterosexual, si ella se separa de su marido recibirá una subvención del estado por su condición de mujer divorciada. Pedro nada. Pero si Pedro se cambia de sexo y segundos después se divorcia de Ana, “ambas” recibirán la subvención por divorcio y podrán seguir juntos como pareja o juntas o juntes según venga al caso.
-Luis es jugador de pádel, bastante mediocre, no tiene ninguna posibilidad de ser seleccionado ni de acceder a patrocinios comerciales, pero si se cambia de sexo registral pasará inmediatamente a ser una de las mejores, será seleccionada y recibirá estímulos económicos por su alto desempeño. Claro está, a costa de otras mujeres que quedaran desbancadas. Tremenda injusticia ¿pero la mujer, les pedimos que sean honestos, a quién le importa? A los políticos de izquierda radical…claramente no.
-Juan es un voyerista desvergonzado que se autodetermina mujer y se cambia de sexo para poder acceder a los baños de mujeres en los colegios a los que van nuestras hijas.
Las motivaciones pueden ser infinitas, tan infinitas como las torpezas y laxitudes de estas leyes.
En tanto los trans, los que auténticamente padecen disforia de género, que no son capaces de vivir en armonía de mente y cuerpo, lejos de ser ayudados, son olvidados y condenados a seguir viviendo la angustia terrible de no reconocerse. Estas leyes prohíben las terapias de reconversión y multan gravemente a especialistas que hagan un abordaje desde el punto de vista de ayuda psicológica para armonizar mente y sexo sentido.
Los padres, en el colmo de la locura, serán multados y acusados legalmente si se oponen a que su hijo menor de edad reciba la terapia hormonal que el menor ha pedido. Es decir, toda terapia de adecuación física (hormonal o de extirpación) es valida y ofrecida por el estado, y toda terapia de adecuación mental aun siendo solicitada por la persona trans, está prohibida y perseguida.
Defensa de derechos civiles o mera política inhumana y clientelar ¿usted que piensa?
VER TAMBIEN…
El ataque a las ideas que han dado forma a la estructura social, es algo que se ha venido dando desde hace buen rato. No quiero decir que haya sido algo planeado, pero parecería serlo. Lo nuevo es qué ya no sólo lo hacen contra las convicciones religiosas. Ahora van en contra de la biología misma. De una buena vez -como por no dejar-, atacan al fundamento social más respetado y que además ha formada a nuestra cultura; la familia. La familia es y ha sido el núcleo donde el individuo se desenvuelve. Esa además de ser la primera escuela del individuo. La escuela fuera de casa-la que pagamos de manera colectiva-, debería de aportar los conocimientos necesarios para que el individuo, cuando le toque participar aporte para el beneficio propio y de la sociedad. Pero bueno, yo voy a voy de salida. La obligación y responsabilidad recae directamente en los hombros de quienes vendieron esta idea, a esta sociedad cuyos problemas son mayúsculos. Pero podrán ufanarse al menos, de qué fueron capaces de venderle hielos a los esquimales. Saludos fraternos
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