Ernesto Parga Limón
Recientemente en una reunión de amigos, alguno de los presentes hizo una mención sobre un poema de Pablo Neruda, quizá yo, inconscientemente, mostré gestos de rechazo que fueron captados por quien celebraba la obra del poeta chileno, premio nobel de literatura, así que disgustado me acribilló con un molesto: “y esas caras, di por qué no te gusta… sí es magnífico”.
Comencé a explicarle las muchas razones, literarias, personales, morales y políticas por las que efectivamente no me gusta -nada, nada- Pablo Neruda y que ahora aquí te comparto querido lector.
Aunque es muy importante intentar, nunca se consigue del todo, separar en el análisis literario vida y obra para que una no influya en la otra, es tarea difícil especialmente si uno es tan solo un lector sin ningún tipo de calificación técnica más allá de los años y los libros que ha leído. La literatura es al final, también se dice, más propiedad del lector que del autor, es el lector quien le da sentido y significado, es él quien inscribe el texto que lee en el contexto de su circunstancia, de su época e incluso de sus estados de ánimo.
Sin embargo, al margen de su obra, aplaudida por muchos y cuestionada por otros, es su vida, sus posturas políticas y sus excesos los que terminaron por empujarme a decir: Neruda…no gracias.
Qué pensaría usted de un literato que se expresa de su propia hija enferma de hidrocefalia y a la que posteriormente abandonó en estos términos: «es un ser perfectamente ridículo, una especie de punto y coma, una vampiresa de tres kilos»

Después de estas horrendas menciones rescatadas de las cartas dirigidas a sus amantes, con las cuales confirmaba la vergüenza que le producía ser padre de una niña así; Neruda abandonó a la madre y borró a la pobre hija de su memoria, no hace recuerdo de ella ni en su autobiografía titulada Confieso que he vivido.
Cuesta creer que sea la misma mano que dulzonamente escribía sus 20 poemas de amor, a veces tan insoportablemente cursis, la que ofende a Malva Marina quien murió sola y desamparada en Holanda a los 8 años. Quiero pensar que, alguna vez, su madre le haya leído otras palabras, estas llenas de vida y de esperanza, que otro poeta (Federico Garcia Lorca), amigo de su padre le dirigió cuando nació.
Delfín de amor sobre las viejas olas, / Cuando el vals de tu América destila/ Veneno y sangre de mortal paloma/ Niñita de Madrid, Malva Marina, / No quiero darte flor ni caracola;/ Ramo de sal y amor, celeste lumbre, / Pongo pensando en ti sobre tu boca.
Cuesta creer que sea la misma pluma de Neruda, la que exulta sus alabanzas al amor y a la libertad, la que condena opresiones y que atruena en contra de dictadores de nuestra América, la misma que escribe con tinta roja comunista, sumiso y desvergonzado su Oda a Stalin. Sí, al exterminador Stalin, en el año de su muerte:
“Su sencillez y su sabiduría/su estructura de bondadoso pan y de acero inflexible
nos ayuda a ser hombres cada día, cada día nos ayuda a ser hombres.
¡Ser hombres! ¡Es ésta la ley staliniana!
Ser comunista es difícil. /Hay que aprender a serlo.
Ser hombres comunistas/es aún más difícil y hay que aprender de Stalin
su intensidad serena, su claridad concreta, su desprecio al oropel vacío,
Él fue directamente desentrañando el nudo
Stalin es el mediodía,
la madurez del hombre y de los pueblos.”
Saque usted, amigo lector, sus propios paralelismos y conclusiones. A diferencia de muchos intelectuales y escritores, Neruda nunca dejó su militancia comunista, su Oda a Stalin fue escrita en 1953 cuando ya era conocido el denominado Gran Terror de las purgas estalinistas cuyos muertos se cuentan por millones.
Volví a leer el poema Farewell y volví a decir; Neruda…no gracias. La mujer enamorada comunica al amante que espera un hijo suyo. Neruda endulza su desprecio por la vida, con patéticos sentimentalismos y falsas construcciones sobre el amor y la libertad:
Aquí unos versos entresacados de este “poema de amor”
“Desde el fondo de ti, y arrodillado,
un niño triste, como yo, nos mira.
Yo no lo quiero, Amada.
Para que nada nos amarre
que no nos una nada.
Amo el amor de los marineros
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más.
En cada puerto una mujer espera:
los marineros besan y se van.
Amor que quiere libertarse
para volver a amar.”
Los primeros versos son absolutamente demoledores, gigantescamente egoístas. Neruda compara la tristeza del niño que no vivirá con la tristeza del padre que no podrá seguir “libremente amando”; como los marineros que besan y se van. El niño simplemete estorba, y la madre, pues, también,
Recientemente se intentó por impulso de seguidores de la obra de Neruda rebautizar el aeropuerto de Santiago de Chile para que llevara el nombre del poeta andino, los grupos opositores a este proyecto revivieron la terrible violación confesa que Neruda narra en su póstuma biografía y que no deja lugar a interpretaciones ni atenuantes.

Neruda era ya diplomático, joven culto y poderoso frente a la agredida, pobre mujer tamil de la casta de los parias, al servicio del poeta que despachaba como cónsul en Ceylán:
“Una mañana, decidido a todo, la tomé fuertemente de la muñeca y la miré cara a cara. No había idioma alguno en que pudiera hablarle. Se dejó conducir por mí sin una sonrisa y pronto estuvo desnuda sobre mi cama. Su delgadísima cintura, sus plenas caderas, las desbordantes copas de sus senos, la hacían igual a las milenarias esculturas del sur de la India. El encuentro fue el de un hombre con una estatua. Permaneció todo el tiempo con sus ojos abiertos, impasible. Hacía bien en despreciarme. No se repitió la experiencia.”
Experiencia, pienso que no es el mejor termino para describir este episodio de su vida, ¿Por qué lo confesó, por qué hasta sus memorias póstumas?, ¿es para Neruda un “mea culpa”, o solo un inconveniente error de juventud?, juzgue usted… yo en tanto.
Neruda…no gracias.
Gracias por abrirme los ojos hacia esos detalles de su vida que para mi eran desconocidos
Sabía que era “rojo” y mujeriego, pero no misógino y tan superfluo (ni siquiera la vida, tenía valor para el por lo que indicas)
Sacado de ese contexto cuantos poemas de “amor” son repetidos dia a día…lo que hace la ignorancia
Habrá que matizar, pues como dices: “ más propiedad del lector que del autor, es el lector quien le da sentido y significado,…”
Me gustaMe gusta
Ernesto
Muchísimas Felicidades por tu excelente inspiración
Atte
Armando Guajardo González
Me gustaMe gusta
No cabe duda que estaba chiflado y mal de la cabeza…
Me gustaMe gusta