Ernesto Parga Limón
Me entra un mensaje al WhatsApp, no me percato, son las 7:18 am, quizá ella esperó, un tanto ansiosa, a que fuera una hora prudente para contármelo: “¿Estás despierto?” me pregunta. Allá con la diferencia horaria su reloj marcaba la 1:18 pm, yo vi su mensaje hasta las 7:46 y contesté con amodorrado: hola, ¿qué onda? Y luego el mensaje lacónicamente hermoso, brevemente estremecedor, aún me siento cargado de emoción varios días después.
¡Sacamos 10 en la tarea de Zambrano!
Sacamos fue la palabra exacta, la que yo necesitaba, ese plural generoso e inclusivo de la primera persona. Sacamos ella y yo, sacamos mi niña, mi corazón valiente, y yo.
¡Qué maravilla es ser padre!
En cada persona y en cada familia, incluso entre amigos hay palabras llave que su sola mención vincula a recuerdos y a experiencias compartidas.
En torno a la mesa con mis otros hijos Tere les explica: “es tan fácil hacer sentir extremadamente feliz a un padre, solo inclúyanos en su vida, en sus proyectos, déjenos soñar junto a ustedes”.
Sacamos fue la palabra exacta.
Me despierto cabalmente y le digo: De por sí, esa Zambrano me cayó bien; ahora más
Hace muchos años, otro hijo preocupado me dice que tiene que entregar una tarea de Física y me pide que le ayude, francamente lo mío no va por ahí, me defiendo bien en las materias sencillitas las que no requieren de mucho cerebro. ¡Pero Física, Cristo Santo! Algo haremos; le digo, y manos a la obra, recuerdo que con esfuerzo pudimos entender, así lo creímos en ese momento, aunque nunca pudimos saberlo a ciencia cierta.
Mi hijo llevó a la secundaria su tarea, que yo consideraba también mía, y durante tres días le pregunté al volver de su escuela: “¿Qué nos sacamos hijo?”, hasta que cansado de mi necia insistencia y también desmoralizado me dijo: “Ya papá… que ni nos la revisaron”.
Pero está vez si fue posible y no era Física, era poesía y literatura y nos sacamos 10.
Días antes me llamó y me dijo: “te mando un artículo que no alcanzo enteramente a entender y tengo que entregar un ensayo ya próximamente”. Para todo padre que los hijos le pidan ayuda es señal inequívoca de que va bien en la crianza, que tiene prestigio ante sus ojos, lo demás es fácil; servirles, acción de todos los días, hacer por ellos todo cuanto podamos, no hay experiencia mejor que esa.
El artículo versaba sobre María Zambrano, una de las discípulas de José Ortega y Gasset el eminente filósofo y escritor español y su aportación denominada la razón poética. Zambrano critica la vida moderna que olvida, en su obcecado afán materialista, el núcleo de la vida misma: la experiencia espiritual. Aquello que nos define aún más que lo material. Zambrano reclama el olvido de la tradición poética que explica, mejor que la ciencia, lo que el hombre es, lo que anhela, lo que lo mueve y al fin lo que lo eleva espiritualmente. A la razón excesivamente cientificista y material, Zambrano opone con maestría y belleza su razón poética, Razón de vida real la llama.
Yo gozoso le expliqué una y mil veces ya que afortunada y providencialmente su tarea cayó en el campo de mis aficiones, de mis gustos. Repasar con ella me brindó, una inmejorable ocasión de servirle a pesar de la distancia a donde su corazón valiente la llevó. Y cada palabra pronunciada era para mí un… aquí estoy hija, siempre para ti, deseo que mis palabras te abracen, te protejan y te impulsen al tiempo que te recuerden lo mucho que te quiero.
¡Cuánta razón tiene María Zambrano!, no hay ciencia capaz de entender lo que el amor y el orgullo significan. ¡Cuánta razón tiene María Zambrano!, pues solo la poesía y la palabra cargada de sentido puede expresar lo profundo, aquello por lo que merece la pena vivir.
En la misma línea Blaise Pascal decía que: El corazón tiene razones que la razón no entiende
¡Sacamos un 10!, es poesía pura que condensa mil verdades y mil esperanzas, es poesía pura que significa que somos familia, que caminamos y crecemos juntos, y esto solo se entiende y se goza desde la razón de un orgulloso corazón.
¡Caray, que juntos ella y yo lo sacamos!
Que se agregue esto, por favor, a mi currículo.
Muy cierto. El corazón tiene razones que la razón no entiende.
Pero que bonito es ver crecer y guiar a nuestros hijos por el. Buen camino. Han que aveces alla tropiezos. Ellos nos dan la fuerza para seguir
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Es verdad que nos sentimos muy contentos cuando nuestros hijos nos piden ayuda en su tareas y más cuando nos dicen fuimos el mejor trabajo del grupo para mí es un orgullo que mis hijos salgan con excelencia académica en su carrera
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Buenísimo , haciéndome llorar desde temprano .
Felicidades por ese 10 que se ha convertido en un millón por el sentimiento que lo acompaña.
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Muchas gracias, abrazo fuerte Carmen
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Papá nos sacamos 10
Que hermoso es sentirnos involucrados en todo lo referente a nuestros hijos , te sientes ûtil , te sientes parte de su desarrollo , de sus actividades , de sus proyectos, de sus aciertos y desaciertos, de sus triunfos, de su volver a empezar hasta lograr las metas .
Es tan hermoso y nos llena tanto de orgullo verlos ir logrando todo lo que se han propuesto y en ese sublime momento ver para atrás y llegar a la conclusión de que valió la pena todo el esfuerzo , la dedicación , el acompañamiento , el amor y el tiempo que les hemos dado ; porque juntos estamos viendo los frutos de esa plantita que plantamos , regamos y le arrimamos tierrita cuando era necesario y ahora la vemos convertida en un hermoso árbol.
Y pensar , que todo empezó
con un . . .
Papá , mamá . . . Me ayudas a hacer la tarea ???
Qué hermoso 💖 artículo Licenciado . . .
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No hay ciencia capaz de entender lo que el amor y el orgullo significan!!! Y mi corazón reboza de amor❤️ y orgullo 💕 día a día…y tengo la convicción primero Dios de recibir está bendiciones por siempre…
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